Maternidad y feminismo

8M: Maternidad y feminismo

Me considero feminista desde que me convertí en madre. No es que antes no lo fuera, es que no lo entendía.

Y después de esta confesión tengo tantas cosas que decir que no sé por dónde comenzar.

Ser madre me mueve todos los días, me da golpes de realidad desde distintas direcciones. Los primeros años de vida de un pequeño son agotadores, comenzando por ahí. Mi tiempo ya no es mi tiempo, mis proyectos de vida ya no solo tratan de mí. ¿A qué me refiero? A que, por ejemplo, si busco un trabajo tiene que ser uno de medio tiempo (menos sueldo también, por supuesto) porque por las tardes quiero cuidar de mi hijo, sí, eso, quiero, me gusta cuidar de mi hijo. Pero también porque no tengo red de apoyo (que suelen ser otras mujeres también, las abuelas, los abuelos, y este es otro melón que se puede abrir en otro momento.) Porque los horarios de los colegios no son compatibles con los horarios del trabajo, porque también necesito tiempo para cocinar, lavar ropa, ordenar la casa, porque una casa está viva, habitada y requiere de cuidados. Y yo también requiero de cuidados. Los famosos cuidados.

Y en este hilo de pensamiento quiero hablar de tantas cosas y no sé por dónde. Temas que me tocan, me mueven y que vivo día a día. Y me enfurecen, me entristecen.

Decidir no ser madre es un acto de rebeldía y admiro esa decisión. Va en contra de lo que se espera de todas las mujeres, podrás ser dueña de tu tiempo y de tu profesión. Por otro lado, ser madre es una gran responsabilidad. Como mamá de un niño me cuestiono todos los días ¿cómo puedo educar a un hombre que no ejerza violencia sobre la mujer, que sea empático ante el dolor del otro? Un hombre con educación afectiva, que sepa comunicar y expresar lo que siente. Que tenga amigos a los que pueda abrazar, escribirles cartas de afecto, amigos varones a los que contar sus secretos, miedos y emociones. ¿Cómo educo a un hombre corresponsable, un hombre que sepa de cuidados y de su importancia, que la carga mental la comparta con quienes viven con él? ¿Cómo educo a mi hijo para que sea una pareja amorosa, un padre responsable, un hombre sin prejuicios? ¿Cómo le prevengo de las adicciones, del porno, de la violencia? Y entonces, me entra el miedo. Y si tuviera una hija, ¿qué me preocuparía? Y si eres mujer y está leyendo esto, sabemos lo que nos preocupa porque vi a mi mamá preocupada, haciéndose otras preguntas por mí, su hija mujer. Y a esto me refiero cuando digo que desde que soy mamá soy también feminista. Me entra el miedo y me hago preguntas.

Ser madre no solo es jugar, llevarle al colegio, cocinarle y ver crecer a tu hijo. Es mucho más, es una gran responsabilidad y por eso decido no tener más hijos, porque tengo uno que ya me representa mucho, me mueve mis creencias, mis vulnerabilidades, mis miedos, incluso mis metas como mujer y como profesional. Me veo débil ante el sistema. Luchando contra él para que mi hijo no perpetúe las violencias que he vivido, que hemos vivido todas, las desigualdades que me he encontrado. Y que no repita patrones que hasta hace poco yo también repetía, como criticar a otras mujeres. Es que ser madre me explota la cabeza. Por primera vez puedo materializar lo que es querer una sociedad justa. Y esa es mi responsabilidad con mi hijo, educar a una persona con capacidad reflexiva, que sepa poner límites a otros, que ponga en duda sus propios actos y los de otros. Y honestamente, no sé si seré capaz de hacerlo y mucho menos de hacerlo bien.

Hoy hablo por mí, porque hoy es 8M. No estoy del todo sola, tengo a mi pareja, al padre de mi hijo, pero hoy me toca hablar de mi y de lo que me mueve como mujer, como madre y como hija.

2 comentarios en “8M: Maternidad y feminismo”

  1. Totalmente Jime. La maternidad le da un giro de 180° a tu vida y a tus creencias. Ya no puedes pensar sólo por ti, ahora tus creencias están estrictamente vinculadas a tu maternidad y a buscar lo mejor para ése pequeño ser que has traído al mundo. Y si ya habían cosas que te hacían ruido, ahora se vuelve uno ensordecedor al cual no puedes ignorar.

    Quiero creer que las madres sufrimos esta metamorfosis idealmente para hacer un mundo mejor, un mundo más empático, mas consciente y más pensante.

    Es hermoso poder vivir éste proceso a tu lado! Besitos. ¡Eres una súper mamá!

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *