Anécdotas de amigos alrededor del mundo.
Ya les había contado en la publicación anterior: ‘Vivir en otro país no es tan perfecto como parece’ mis no tan buenas experiencias cuando llegué a Madrid. Preguntando en redes sociales, me encontré con que no soy la única que se ha enfrentado a situaciones nuevas, y que no estoy tan sola como parece, pues muchas personas se sienten igual o han vivido algo parecido estando en el extranjero. En lo personal, me han ayudado a no sentirme como la rara que a veces no logra adaptarse. Muchas gracias por compartir sus anécdotas, sé que no somos los únicos.
Entre las situaciones más comunes de vivir en el extranjero me encontré con la dificultad de la comunicación debido al idioma, el hacer amistades desde cero, adaptación al clima y estar alejados de la familia.
Comunicación
Definitivamente la mayoría tienen dificultades con la comunicación verbal. Y admiro mucho a las personas que han tenido que aprender y adaptarse para comunicarse en otro idioma que no dominan del todo. Por ejemplo, no poder expresar ideas con claridad:
‘Sentir que no puedo expresarme totalmente como lo haría en español y poder formar lazos de amistad más profundos. Cuidarme bastante de la forma en la que a veces emito comentarios, esto no quiere decir que sea malo pero a mi me cuesta pues vengo de una cultura que por lo regular no se fija mucho en lo que dice y como esto podría afectar a otros. Por ejemplo, temas como el racismo, la violencia, el machismo, etc.’ Silene, mexicana en Canadá.
Creo que la manera de comunicarnos oralmente ayuda a que la gente conozca nuestra personalidad y cuando no podemos hacerlo como quisiéramos, sentimos que no somos totalmente nosotros.
‘ El lenguaje involucra cultura, idiosincrasia, historia, y cuesta agarrarle la onda al contexto y entonación de cada frase o dicho. Tienes que aprender a escoger tus palabras porque aunque puedes ponerte en situaciones graciosas, también, puedes encontrarte en situaciones difíciles o embarazosas. Me sentí por mucho tiempo fuera de lugar por ese detalle, pero con los años uno le agarra el rollo.’ Tania, mexicana en Australia.
El idioma también influye a nivel profesional, sobre todo si se requiere de palabras técnicas o cierta formalidad en entrevistas de trabajo, por ejemplo:
‘Me dedico a algo muy intelectual, y al principio la barrera del idioma era brutal. No poder usar en inglés los recursos lingüísticos argumentativos que usaba en español, era frustrante. Me afectó emocionalmente por mucho tiempo, incluso me sentía tonto e impotente. Ahora no dejo pasar la oportunidad de ser un reverendo mamón cada vez que puedo. Hubiera preferido ir a un país de lengua hispana.’ Otto, mexicano en Canadá.
Y también, la sensación de soledad puede incrementarse por no tener a la familia o amigos de toda la vida cerca, y no tener en quien apoyarte cuando te sientes fuera de lugar:
‘Estaba en una casa con una host family en Canadá y la señora se enojó y me corrió de su casa por no hablar inglés, no tuve de momento a dónde ir ni a quién ir a contarle. Después se disculpó y todo se arregló pero de momento me sentí solo y atrapado en un lugar donde nadie me entendía en español.’ Fernando, mexicano en Canadá.
Familia y amigos
Si algo he sentido con fuerza es la falta de amistades y la familia que están a kilómetros de distancia. Estamos hechos de relaciones interpersonales, nos sentimos seguros dentro de un círculo de pertenencia y el cambio al vivir en el extranjero es brutal cuando se trata de construir relaciones estrechas desde cero, creo que muchos compartimos esa sensación.
Como Alicia, ‘para mí lo más difícil fue estar lejos de mi familia y madurar sola a los 19.’ Mexicana en Estados Unidos.
‘No tener amigos de toda la vida con los que puedas contar para cualquier cosa.’ Dubraska, venezolana en España.
Y es que unido al echar de menos a familia y amigos están las costumbres, la comida y las celebraciones de tu país. Eres espectador lejano, nostálgico, viviendo a la expectativa de cuándo podrás visitar tu país y comer el plato tradicional de cada domingo.
‘Extrañar a seres queridos, acostumbrarte a la incertidumbre y cambios constantes, no tener gorditas de chicharrón ni barbacoa los domingos. Tener Navidad sin posadas ni el ambiente mexicano, no poder regresar tan fácilmente, etc.’ Luis Alejandro, mexicano viajero.
Clima
Y por último, pero no menos importante, es la adaptación del clima. Mi teoría es que el clima define la personalidad de cada cultura, por eso la gente que vive en la playa tiene una actitud más relajada. ¿Tú qué opinas?
El invierno en Europa es muy frío, yo no estaba preparada para ello el primer año e influyó mucho en mi estado de ánimo, me sentía sin energía y sin ganas de salir, luego con el tiempo te adaptas. Es importante contar con las prendas necesarias para cada época del año, en Madrid, los climas son muy extremos.
‘Cuando llegó el invierno, fue algo inesperado, la mayor parte del tiempo estás en casa.’ Fernanda, mexicana en España.
Somos muchos más los que nos sentimos identificados con estas experiencias. En lo personal, me siento bien de compartir entre todos el cómo nos hemos adaptado a vivir en el extranjero. Por un lado, nos damos cuenta que no somos los únicos, y por otro, reflexionamos sobre el aprendizaje y crecimiento personal. Estas experiencias nos han ayudado a gestionar las pequeñas adversidades de vivir en el extranjero, que con el paso del tiempo se superan.
¿Tienes alguna experiencia qué compartir? Comenta o escríbeme.
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Vivir en Taiwán para mi fue y sigue siendo una aventura. Aparte de que aprender chino no es fácil, la cultura y tradiciones son super diferentes, uno tarda en agarrarles la onda así como a comer frijoles dulces con helado.
Aquí la gente no saluda ni se despide de abrazo y las fiestas son lo que para mi son reuniones con comida y sin baile o música en muchas ocaciones. A pesar de todo la mayoría de la gente es super amistosa y tratan de hacerte sentir en casa a su manera. Aquí hay muy pocos mexicanos y nuestra cultura es un misterio por lo que siempre soy el animal exótico de este ecosistema.
Lua! No tenía ni idea, pero es verdad, seguro allá somos los raros para ellos. Qué padre conocer tu experiencia.