migrante con privilegios

¿Soy una inmigrante con privilegios?

El otro día haciendo videollamada con mi mamá, no sé cómo ni por qué comenzamos a hablar de los inmigrantes que vienen de manera irregular a buscar una nueva vida. De repente, me di cuenta que yo también soy inmigrante, que finalmente, me he quedado en Madrid porque pensé que aquí tendría una mejor calidad de vida y afortunadamente así ha sido. Pero no lo es para todo el mundo.

Sí, soy inmigrante con privilegios porque…

Y así, teniendo una conversación natural, mi mamá y yo opinábamos sobre las personas que vienen a España de manera irregular por supervivencia, buscando una mejor calidad de vida como si fuese algo ajeno y lejano a nosotras. Me detuve en la conversación y pensé, momento, yo también soy inmigrante pero estoy en otra categoría de migrante: en la privilegiada.

Los veo en las calles de Madrid. No soy experta en el tema pero tampoco hace falta serlo para observar a los manteros en la calle, la mayoría provienen de África y realizan comercio ambulante (muy típico en México hecho por los mismos Mexicanos) y darse cuenta que están ahí porque no tienen otra opción de trabajo debido a su situación irregular en el país y que seguramente son víctimas de explotación.

Trabajar en España sin documentos es muy difícil y la única opción es el empleo en negro, llamado así porque no hay contrato de trabajo de por medio. Por lo tanto, no tienes acceso a seguridad social, ni cotizas en hacienda, en resumen, no eres nadie. Al menos así me sentí durante casi un año que estuve sin documentos, esperando resolver mi situación como inmigrante regular.

Todos necesitamos dinero para sobrevivir pero cuando te encuentras en otro país de forma irregular, la mejor opción para obtenerlo es casi siempre la única opción. Atraídos más por la necesidad que por el gusto de hacerlo, los inmigrante sin papeles realizan lo que nadie quiere hacer, por ejemplo, la recolecta de fruta de temporada en los campos de España. ¿Quiénes hacen los empleos que nadie quiere hacer? Los más vulnerables.

¿Inmigrante con privilegios?

Creo que se puede hablar desde distintos puntos de vista sobre la inmigración. Hoy quiero reconocer que soy inmigrante con papeles, con un permiso de residencia, yo no me habría venido a otro país sin saber que tendría una visa de estudiante y todos mis papeles en regla. No soy capaz de imaginarme una vida sin documentos que me permitan entrar a otro país.

Parece paradójico y cuento esto solo como anécdota pero viviendo en México, nunca firmé un contrato de trabajo en las academias de danza donde estuve trabajando dando clases. México es un país donde, si te apetece, abres un negocio en tu propia casa o pones un puesto en la calle sin necesidad de muchos papeles, vivimos como inmigrantes sin papeles, ningún trabajo nunca me dio seguridad social, ni las vacaciones reglamentarias, vaya, nunca firmé un contrato.

En México vemos factible el irnos a la aventura a querer vivir a otro país ‘y ya vemos qué hacemos’ porque ahí las cosas funcionan de otra manera, en España no. En realidad, en Europa entera. El venir ‘a la viva México’ no funciona. Al menos no desde mi punto de vista.

Estuve unos meses de manera irregular (en mi transición entre la visa de estudiante y la residencia) y ha sido el momento más desesperante de mi vida, sin poder aplicar a ofertas de empleo, ni siquiera de recepcionista o limpieza (estaba muy desesperada, amigos) sin poder salir del país por miedo a que no me dejaran entrar a España en el regreso.

Y entonces, pienso: la gente que viene así, con la esperanza de conseguir algo mejor a lo que tienen, dejan familia, y se van al campo a hacer lo que nadie quiere, trabajando en negro, topándose con una realidad totalmente inesperada y difícil. Personas que seguramente han estudiado, tienen una carrera, están preparadas, pero al no tener los papeles para residir en otro país no pueden optar a otra cosa que no sea trabajar en construcción, en el campo o como manteros (venta ambulante) o en algo peor que vaya en contra de su integridad física, obviamente todo muy mal pagado y por lo tanto, sin un techo decente donde vivir o acceso a la salud pública.

Y entonces, lo reconozco: soy migrante con privilegios.

Si quieres leer experiencias de migrantes en España te comparto este link de National Geographic: Los inmigrantes africanos en Europa cambian unas dificultades por otras. Me quedé con la boca abierta.

Inmigrante y privilegios

Aun así, no ha sido fácil incorporarme a la vida en otro país. He tenido entrevistas de trabajo que al escuchar mi acento, inmediatamente preguntan: ¿Tienes papeles, no? ¿Planeas quedarte en el país? ¿Tienes los papeles porque estás casada con un español? ¿Podrías redactar correctamente en castellano? Y yo, con una sonrisa falsa en la cara he dicho ‘sí a todo‘. Igual que he dicho sí a toda oportunidad de trabajo. Y he sido privilegiada por poder ser contratada como residente con papeles en regla.

Debo confesar que también he trabajado en negro, de hecho, me pagaban mejor que ahora con contrato, pero lo digo en voz bajita para que no me penalicen o por miedo, no sé.

Soy privilegiada porque además de estar registrada como residente, tener un número de seguridad social, un contrato de trabajo, techo y comida, tengo el respaldo de mi familia, que me apoya a la distancia. Porque no vine por necesidad, vine por gusto, por querer estudiar y crecer profesionalmente y eso ya me hace muy afortunada. No debo preocuparme por mantener a mi familia de mi país de origen, ni por esconder mis empleos inventando que todo va bien cuando en realidad vivo explotada, nada de eso. Soy privilegiada.

Testimonios de Nora y Margarita

Pero el resto de inmigrantes que además de vivir con dificultades, sufren discriminación porque hay una imagen distorsionada de lo que es ser ‘ilegal’, como si el serlo te quitara los derechos que tiene todo ser humano. Como si eso representara ser delincuente. Porque el inmigrante ilegal es negro o moreno, latinoamericano o africano. Al poner esas etiquetas dejo a cada uno que trabaje sus propios prejuicios. Yo lo estoy haciendo también.

Podría seguir reflexionando sobre esta situación, porque el mundo está mal constituido desde que se dibujaron fronteras, nos limitamos a vivir dentro de un territorio y nos dijeron que si viene alguien de fuera, es un invasor o delincuente.

Lo único que puedo hacer es hablar desde mi experiencia, reconocer mi privilegio y reflexionar, hablar al respecto. Pero es importante ser consciente que existe una cara B de la inmigración. Y no discriminar al inmigrante, porque yo también lo soy.

Si te interesa conocer más sobre el tema de la inmigración irregular recomiendo visitar estas páginas con más información y testimonios. También quiero agradecer a Lucía Mendoza por recomendar estas publicaciones y por la charla que tuvimos para reconocernos y conocernos como inmigrantes. Síguela en Instagram como @luciamleiva.

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3 comentarios en “¿Soy una inmigrante con privilegios?”

  1. Veo la migración como la decisión más desgarradora en la vida de los pueblos, de la gente, las familias, los individuos.
    Muchos de los que tenemos techo y sustento, derechos supuestamente elementales para todos, la vemos lejana, porque duele y preferimos voltear para otro lado.
    En México, la migración es una vergüenza nacional, porque esos individuos desterrados por el hambre aportan el mayor porcentaje de las divisas que mueven el engrane de la economía que no les dio techo ni sustento..

  2. Pingback: Colaboración: Interseccionalidad y migración - Jime Vera

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