Viajes que cambian la vida

Y después de un año seguimos en pandemia, en Madrid no estamos confinados en casa pero no se puede salir de vacaciones a otros sitios de España. En algunos países de Europa es imposible entrar a vacacionar y en general, es mejor ser precavidos y posponer los viajes a otros países.

Estoy sentada, tomando el sol y acariciando mi barriga de nueve meses, esperando a que la semana 40 llegue tan rápido como el repartidor de Amazon Prime y me puse nostálgica recordando mis viajes más inolvidables. Soy afortunada de haber viajado, no tanto como me hubiese gustado, pero sí que he hecho varios a diferentes partes del mundo, he bailado en otros países, me he enamorado viajando, he conocido gente y bueno, pensé: ¿Cuáles son esos viajes que me han cambiado? ¿Cuáles son esas anécdotas viajeras que jamás olvidaré? Viajar transforma, te reinicia y definitivamente vives anécdotas que no tendrías en otras circunstancias.

Y mientras el mundo deja de ponerse tan de cabeza y hasta que podamos comprar el billete de avión a nuestro siguiente destino, los dejo con tres anécdotas de mis viajes especiales:

1. Mi primer viaje internacional

La primera vez nunca se olvida, creo que nadie olvida el primer viaje que hace fuera de su país, es un viaje que cambia la vida.

Mi primer viaje a otro país fue a Italia para celebrar mis 15 años, yo no quise la tradicional fiesta que se celebra en Latinoamérica, preferí gastar ese dinero en un viaje y pasear con mi mamá por los rincones de Italia, conocimos muchos sitios italianos.

Recuerdo que al llegar hicimos escala en Madrid un par de días y ahí nos robaron la cartera el mismo día de mi cumpleaños, la sacaron del bolso sin que mi madre se diera cuenta. Cuando vayan a Madrid de vacaciones cuiden bien sus pertenencias que las zonas turísticas están llenas de carteristas (ahora con el covid estarán en crisis a falta de turistas extranjeros, ¿a qué se dedicarán ahora?)

No pudimos salir a festejar y estuvimos sin dinero unos cuantos días. Ese día nos comimos por la tarde las mermeladas del desayuno del hotel con unos palitos de pan.

2. Mi primer viaje sola

Fui a Canadá con 17 años, estuve en Toronto un verano para cursar un intensivo y practicar mi inglés, volé sola por primera vez en avión, recuerdo que nunca tuve miedo de hacerlo, pero sí nervios. En ese viaje conocí gente de todo el mundo, descubrí una diversidad de culturas, hice amigos que luego vinieron a México y luego yo los visité en sus países.

Me desinhibí hablando inglés, lo necesitaba para socializar forzosamente, así que valió mucho la pena. Creo que de ahí salieron mis ganas de irme a estudiar en el extranjero, así que también fue un viaje que cambió mi vida.

3. El viaje que cambió mi perspectiva del mundo

Este no fue un viaje internacional, los viajes dentro de tu propio país también te cambian, no es necesario ir muy lejos.

Viajé a la selva en Chiapas a un pequeño lugar llamado La Realidad. Yo tenía 12 años, eran mis vacaciones de verano, fui con mis padres y con sus compañeros de trabajo. El trayecto fue toda una aventura porque para llegar ahí no hay carreteras, era una época en que el ejercito custodiaba los alrededores a causa del movimiento indígena del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el cual se encontraba en un momento de tensión y mucho activismo. Tardamos un par de días en llegar. El grupo de gente con el que íbamos eran profesores y alumnos de universidad que iban a alfabetizar a las comunidades zapatistas. En ese entonces yo no me enteraba muy bien de lo que pasaba pero el objetivo del viaje era conocer a miembros del EZLN. Bueno, mis padres y sus compañeros y yo de paso también.

Este viaje me cambió la manera de ver la vida, me di cuenta que mucha gente no tiene los recursos ni los privilegios con los que yo nací.

La Realidad está en medio de la naturaleza, es una zona de grupos indígenas, una realidad alterna muy colorida, con ríos, árboles enormes, sonidos de animales pero también es una realidad muy pobre, discriminada y olvidada. Comíamos huevos y frijoles todos los días, dormíamos en una cabaña llena de tarántulas con nuestros sleeping bags al ras de la tierra, nos bañábamos en el río y vivimos su día a día. Las niñas se burlaban de mi madre por no tener pelo en las axilas

¡Qué increíble! Una realidad donde depilarme es lo raro, lo extraño, tener pelos es lo normal.

Beber coca cola era un lujo y no conocían a Ricky Martin, en ese entonces él me encantaba y les contaba a otras niñas quién era este hombre, pero parecía no interesarles. Los niños se aventaban al río como si fuese una tina de agua caliente, yo tardaba varios minutos en poder meter un pie en el agua fría.

Hacíamos del baño en letrinas, estuve varios días sin poder hacer porque mi mente de niña privilegiada no concebía cómo iba yo a hacer caca sin una taza de baño. Y así, podría contar mil detalles que guardo en mi memoria porque fue tan diferente que cada uno me impactó.

La Realidad, una pequeña parte del mundo que existe, no solo en México, en muchas partes del mundo. La Realidad, ese sitio que recuerdo que cambió mi realidad.

¿Tienes un viaje que te haya cambiado? ¿Cuál es tu viaje más inolvidable?

Sígueme en Instagram:

• Instagram