6 cosas que no sabías sobre el mundo de la danza

Hoy quiero contarles mi experiencia estudiando danza, creo que nunca he contado esta faceta de mi vida de antes de irme a vivir a Madrid. Comencé muy tarde a estudiar danza contemporánea, a los 22 años entré a la carrera, honestamente es una edad demasiado avanzada para comenzar a estudiar danza profesionalmente. Antes estuve tomando clases de danza como ballet y jazz pero intermitentemente, nunca de manera oficial.

Así que hoy vengo a compartir 6 cosas que quizá no sabías del mundo de la danza o que yo no sabía y las descubrí durante mis estudios y luego en mi vida profesional como bailarina.

Esto es basado en mi experiencia, no generalizo, quizá mis compañeros del gremio tengan otra perspectiva. El mundo dancístico es duro y si no estás seguro de querer dedicarte a esto se vuelve difícil.

1. Competencia por la ejecución y cuerpo perfecto

La comparación es inevitable, siempre habrá alguien que levante la pierna más que tú, que gire mejor y que tenga un cuerpo envidiable. El cuerpo es la herramienta de trabajo del bailarín y solo se tiene uno, no lo puedes cambiar, por lo que la comparación por no tener lo que otros tienen puede generar frustración.

Cosas que no sabías sobre el mundo de la danza

Recuerdo que en las clases de ballet, por ejemplo, yo no dejaba de ver a mis compañeras, las escaneaba, miraba si tenían tonificados los brazos, las piernas o el abdomen. También recuerdo que las chicas con senos grandes eran motivo de burla, pues en danza, mientras menos pecho tengas es mejor porque el pecho es grasa, además, una mujer es más ágil con menos peso y volumen (o eso nos hacen creer).

2. Horas de ensayo, que duela está bien

Recuerdo que pasábamos horas ensayando y claro, de tanto repetir, los pies se lastiman, te salen ampollas y sufres quemaduras en partes del cuerpo que rozan al hacer movimientos en el suelo.

El dolor muscular por trabajar físicamente todos los días se vuelve adictivo. Los profesores nos solían repetir que ‘si el cuerpo duele, es porque está bien hecho el ejercicio’.

Supongo que el umbral del dolor aumenta y ese dolorcito de saber que has trabajado el cuerpo es satisfactorio.

3. Obsesión por la comida

Esto va relacionado con tener el cuerpo tonificado y ‘perfecto’. Recuerdo que en los momentos de descanso era inevitable ver lo que otros llevaban en sus tuppers. Claro, había chicas con problemas de anorexia o que estaban condicionadas en la escuela porque tenían que bajar de peso.

Afortunadamente, teníamos nutrióloga y clases de nutrición, ahí aprendí que una buena alimentación es básica para no sufrir lesiones y tener energía suficiente para las clases, aprendizaje que sigo aplicando en mi día a día. Sin embargo, confieso que me obsesioné con llevar la dieta de la nutrióloga al pie de la letra, mi objetivo de bajar grasa y subir músculo me tenía tensa cada vez que tenía consulta de mediciones. Nos medían una vez al mes la cantidad de músculo y grasa. Es un cuidado constante del cuerpo que también puede generar competencia con uno mismo y que en cualquier momento puede llevarse al extremo.

4. ¿Vida social? Olvídalo

Las funciones y eventos suelen ser los fines de semana, por lo que muchas veces debes estar fresco y descansado. Como bailarín, te perderás reuniones familiares o fiestas porque tienes ensayos y funciones.

Bailar es competitivo

Alguna vez me perdí alguna reunión familiar en fechas navideñas porque trabajaba. Mis días libres eran entre semana y los fines de semana eran de trabajo, así que era complicado coincidir con amigos los días que ellos descansaban o se iban de vacaciones.

Y en mis días libres solo me apetecía dormir, descansar el cuerpo y no levantarme del sofá.

5. Los comentarios de los profesores duelen

Muchos profesores te dirán las cosas sin filtros. Hay de todo tipo de profesores, unos muy crueles que te harán comentarios relacionados con tu físico, tus aptitudes o te compararán con tus compañeros, para bien o para mal. Sentirás que tienen a un favorito.

También estarán los que te harán comentarios constructivos pero difíciles de digerir, que son necesarios para mejorar la técnica, tus movimientos o la interpretación. Es difícil aceptar este tipo de comentarios porque tienes que trabajar contigo mismo, con tu herramienta de trabajo: tu cuerpo (y es que no tienes otro, ni es un documento que puedas corregir). Aprendes a auto-observarte y reconocer tus movimientos. Además de reconocer que todos nos movemos diferente.

6. Vivir en chándal (pants) y ropa cómoda

Entre más cómodo y fácil de quitar mejor. Si te digo la verdad, tengo más ropa deportiva que ropa casual. Olvídate del glamour, nosotros vamos a trabajar en leggins, pants, sudaderas cómodas y calcetines gruesos.

En resumen, ropa que nos permita movernos con libertad, que no estorbe ni apriete y que tampoco nos importe ensuciar si tenemos que bailar en el suelo.

Entre el gremio a este outfit le llamamos: ropa de trabajo.

En resumen:

No todo es malo, he aprendido a trabajar en equipo y a escuchar a los otros para no caer en la competitividad. De la carrera de danza aún mantengo un vínculo sólido y fiel de amigos. Todos nos hemos visto llorar, enojarnos, caernos y lesionarnos, además de compartir escenario, trabajo y clases.

Reconocer que cada uno tiene habilidades físicas y artísticas distintas además de únicas, es lo que genera un buen trabajo en equipo en escena. Y supongo que también aplica para las relaciones en otros ámbitos sociales, en otros trabajos o con las personas con las que compartes tu vida.

La danza es mi pasión, lo que más me gusta hacer. Recuerdo mis años de estudiante de danza con mucho amor y como uno de los momentos más felices de mi vida. Luego durante mi etapa profesional como bailarina también fui muy feliz, vivía muy cansada pero era subir al escenario y la felicidad me llenaba el cuerpo.

Si quieres saber más sobre mí pincha aquí.

¿Se te ocurre alguna otra cosa curiosa sobre el mundo de la danza?

Sígueme en Instagram:

1 comentario en “6 cosas que no sabías sobre el mundo de la danza”

  1. Me sentí identificada en todos los puntos! cuando fui estudiante sobre todo y en la vida profesional mientras estuve en México. Cambio mucho mi perspectiva cuando me mude a Canadá, aquí no hay presión por cuerpos perfectos, de hecho hay mucha diversidad en estilos y formas, se me ha quitado esa presión de encima bailando acá.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *