julia, chica con complejos

Julia, una chica con complejos.

Julia camina con un vestido amarillo. Se siente más guapa y más libre cuando usa vestido. Se imagina caminando en la arena del mar.

En mi cumpleaños quiero viajar.
Julia lo piensa cada año, pero nunca lo hace. Sus pensamientos la llevan a tener otros que no tienen nada que ver con hacer viajes, o quizá sí.

Complejos de Julia

Ve en sus amigas competencia porque son guapas, son inteligentes y tienen un trabajo que les permite salir a comer al menos dos veces a la semana sin pensar en el menú o en el precio de las bebidas, además, ellas pueden viajar todos los veranos. O eso cree Julia.

Julia es velluda de pies a cabeza, de pequeña la molestaban en el colegio porque no se depilaba las piernas y su madre no le enseñó métodos eficaces contra el vello de las axilas, lloraba cuando levantaba el brazo y veía la mancha negra, el rastro que dejaba el rastrillo (cuchilla) después de varios días de uso.

Hoy me han dicho bigotona en el colegio y mis compañeras se ríen porque tengo vello en las piernas.
Le contaba a su madre al salir de la escuela.

Si mirabas bien, apenas y se notaba el vello delgado y juvenil que salía de sus piernas, de sus brazos y de por encima de los labios. De verdad ¿es tan importante?

Julia tenía 15 años y no quería regresar a clases de natación, todas con la entrepierna depilada, axilas de modelo, ella no. Ella no quería levantar los brazos.

Mi niña, cuando seas grande, alguien se va a enamorar de ti y lo que más le gustará serán tus vellos de los brazos. Porque te va a querer como eres.

Esa frase que le dijo su madre, se le quedó de por vida grabada en la mente. Fue un día que ‘amigas’ y compañeras de clase le mencionaron que tenía demasiados vellos en los brazos, que se los quitara o peor aún, que se los aclarara.

Julia, una chica con complejos.

Julia intentó de todo. Cremas, cera, aclarado, maquinilla. Todo lo que estaba a su alcance. Hasta fue a sesiones de láser, porque su madre la vio desesperada, que comenzaba a ser un impedimento para realizar las actividades que más le gustaban.

15 años después, Julia ama los inviernos porque puede cubrir con las prendas los pocos vellos que quedaron tras el láser pero que siguen creciendo. No entiende por qué es tan malo tener vello en el cuerpo y por qué se siente fea cuando se los deja crecer. Ahora que tiene 30 años es un tema que le sigue causando conflicto, lo piensa con perspectiva y le hubiese gustado entender varias cosas como: ¿Por qué no pude hablar libremente del tema con mis amigas y de lo incómodo que es estar preocupadas porque se nos vean los vellos? ¿Por qué yo misma me obligo a estar lisa y tersa cuando mi genética es velluda? ¿Por qué me siento ‘sucia’, fea y menos femenina cuando veo mis propios vellos?

Julia también ha puesto cara de asco y desaprobación al ver a otra mujer que tiene vellos en cualquier parte del cuerpo. Quizá ha pensado lo mismo que le decían a ella en el colegio, hasta se ha burlado en silencio. Y se siente mal por haberlo hecho, pero es que, ha sido inconsciente. Se justifica.

La pareja actual de Julia nunca ha mencionado los vellos de los brazos (ni de ninguna otra parte del cuerpo) porque lo que hace a Julia ser quien es, son otras cosas.

¿Te has sentido como Julia alguna vez?

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6 comentarios en “Julia, una chica con complejos.”

  1. Esa Julia…..
    Y seguro existen muchas chicas como ella, que no han logrado superar esa marca cultural, esa idea de belleza ligada a una piel blanca y lisa. Esa que es una imposición cultural y a la que queremos responder simplemente porque queremos ser aceptadas.

    Interesante, para reflexionar.

  2. Muy real: bigotes, color de piel, tipo de cuerpo, tamaño de pies, pecho, caderas y un largo etc. atormentan a las mujeres en todo el mundo.
    El malestar llega de fuera, como le pasó a Julia, las burlas, críticas, los desaires.
    Pero hay luz en el camino. Las chicas empiezan a cuestionar abiertamente estos estándares impuestos.
    Conozco a una que deja crecer despreocupadamente barba y bigote. Soy yo la que debe contener las sugerencias de cremas y otros métodos depilatorios.
    Se llama Regina, y brilla con luz propia.

  3. Creo que es algo que nos pasa a todas las mujeres, siempre hay algo que nos hace sentir inseguras, sin importar qué tan bellas seamos tanto interna como externamente. Así nos han educado, para complacer a los demás…
    Es muy importante reflexionar sobre esto y hablarlo siempre entre nosotras. Muchas veces creemos que sólo nos pasa en lo individual pero al leernos y escucharnos podemos dar cuenta que todas tenemos inseguridades sobre cosas que (incluso la mayoría de las veces!) las demás personas no perciben…
    Saludos Jimena! Bonito leerte!

    1. Gracias Laura por tu comentario! Es increíble darnos cuenta que no somos las únicas con inseguridades y lo más padre es poder compartirlo e ir abriendo este tipo de diálogos entre nosotras. Abrazo!

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