Apenas salía del covid cuando otro bicho, un bichito lleno de amor comenzaba a crecer dentro de mí. Era un domingo por la mañana cuando entré al baño con el test de embarazo en la mano mientras en la habitación de a lado escuchaba al galán: ¿Ya? ¿Ya sabes algo?
Una línea rosa, dos líneas rosas: positivo. Igual que cuando tuve el coronavirus. La palabra ‘positivo’ se repetía en mi cabeza y en mi vida. Tan de moda lo de ser positivos, pues yo lo llevaba muy bien al pie de la letra.
Salí en shock, con los ojos en forma de plato, mirando al galán. En silencio le acerqué el test de embarazo con el resultado:¡Estamos embarazados de un pandemial!
Mientras tanto, mi cuerpo luchaba contra un virus desconocido, una batalla campal, un cuerpo a cuerpo contra el covid. Otra parte de mi ser se preparaba para juntar células de aquí y allá, trabajando a marchas forzadas creando un pequeño frijol que luego se convertiría en ser humano. Tenía a mi cuerpo trabajando a tope y yo sin saberlo, tumbada en la cama con cansancio, náuseas, dolor de senos, de cabeza, síntomas que seguramente se cruzaron unos con otros.
ENTRANDO A LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA
Nunca nadie me dijo que estar embarazada es entrar a una especie de dimensión desconocida, una realidad alterna, una especie de club secreto o secta al que sólo pertenecen las mujeres que han sido madres. Una vez que te enteras del embarazo cruzas un umbral. Puedo entender que si no has sido madre y no estás embarazada todo esto puede que no te interese. De verdad, es otro mundo.
El rito de iniciación comienza con dolor. Los pechos los tenía inflamados, el roce de la ropa me quemaba. El vientre no se queda atrás, parece que vendrá la regla pero no, es solo una señal de que la transformación apenas comienza. El dolor viene acompañado de cansancio, un cansancio que me hacía sentir mal, de ese que te da cuando estás con resaca.
Acostada en el sofá mirando a la nada mi cabeza escuchaba la voz de mi madre diciendo: levántate ya de ahí, deja de echar la flojera y ponte a hacer algo. Pero mi cuerpo no respondía. Intentaba hacer 10 minutos de ejercicio, al minuto cinco mi cuerpo se volvía a meter a la cama, las náuseas también impedían el movimiento.
El siguiente paso del rito de iniciación del embarazo es el asco a lo que antes amabas comer, sumado al dolor corporal y el cansancio. Lo que te hacía feliz te dará náuseas y repulsión. En mi caso: el café y las quesadillas.
Y bueno, las náuseas de por la mañana, la tarde y la noche. Y las de después de comer lo que sea. ¿El último obstáculo en el ritual de iniciación?
SUPERAR NIVELES AL ESTILO VIDEOJUEGO
Bien, hemos superado el ritual de iniciación. Ahora toca superar los niveles al estilo Mario Bross.
A los dos días de enterarme que estaba embarazada me llama la matrona. Aquí en España te asignan una matrona que será quien te acompañará en el proceso de embarazo, ella te da todas las indicaciones necesarias para acceder al primer nivel a superar. Bueno, en realidad, solo he escuchado su voz una vez y quizá la vea próximamente. Este tema corresponde a otro que podría llamarse ‘Las citas médicas en tiempos de covid’. Un ejemplo: Entre tanto caos, mi segundo test de orina ha ido de un lado a otro, pasado por manos, mesas, carritos, seguimos sin localizarlo. El misterio del vaso con pipí.
Las primeras pistas para entrar al videojuego llamado EMBARAZO:
Nada de embutidos, grasas, productos procesados, nada de dulces. Vamos, comer como deberíamos de comer si desde la primaria nos enseñaran nutrición. Adiós jamón serrano, pronto nos volveremos a encontrar.
No beberás alcohol hasta después de la lactancia. Este sí que es un enorme sacrificio para mí, yo que amo la cerveza y el vinito. Recurriendo a la cerveza 0,0 mientras tanto para apaciguar el antojo.
No harás ejercicio de alto impacto. Así que de estar dando clases de bodycombat, bodyattack y todos los bodys que nos podamos imaginar tuve que dejar el ritmo. Eso no significa que haya parado de hacer ejercicio ni que deba dejarlo. Pero sí significa adiós trabajo, adiós money money.
Basta con leer en Google todos los artículos relacionados con consumir los alimentos y bebidas prohibidos para no querer comer eso nunca más, las consecuencias para el futuro ser humano que viene en camino podrían ser mortales (estoy exagerando, pero cuando eres mamá primeriza te imaginas lo peor).
LA BIENVENIDA AL CLUB, SECTA, MUNDO O LO QUE SEA
Una vez superadas las pruebas del primer trimestre de embarazo, en el segundo ves la luz verde para acceder a la nueva realidad, el siguiente nivel, dimensión, secta o como quieras llamarlo.
Llegan los antojos, yo en lo personal tengo antojo de cosas verdes cocidas (brócoli, ejotes, espinacas, calabacines, berros). Y fruta como uvas, mango y mandarina. Me puedo comer toda la fruta que me pongan.
Mis pechos han crecido lo que nunca quisieron crecer en mi pubertad, y sí me siento más sensual, me gusto, quiero estos pechos por siempre, redondos y juguetones.
Mis uñas han permanecido largas e irrompibles hasta ahora, son como inmortales.
La ropa ya no me queda y ya se asoma una barriga que indica que mi transformación ha comenzado, ya formo parte del club. Aunque soy tan delgada que la gente no me cree que estoy embarazada. Por cierto, mis leggings piden un respiro, mientras que mi ropa más coqueta pide a voces ser usada ¿Será que el glamour se pierde con el embarazo?
El aire me falta hasta cuando hago Pilates o en las caminatas largas, ya no sé si es parte del embarazo o una secuela del covid.
He de confesar que he comido lo que no debería: pizza, postres y hamburguesas. Mi cuerpo lo rechaza con acidez estomacal y reflujos que me han hecho vomitar todo el menú de Burger King.
Y así voy desactivando los niveles como en una especie de videojuego. Estoy ya en el 4º mes de embarazo con muchos miedos y pensando en superficialidades como que mi juventud o valor como mujer atractiva se ha terminado, tengo miedo de no recuperar el cuerpo que tenía antes, adiós a las discotecas, adiós al dinero que no podré usar en viajes, leyendo el top 10 de las mejores cremas anti-estrías, el Black Friday acosando con publicidad, diciéndote todo lo que necesitas para recibir al futuro bebé . Miedos, inseguridades, alegría, emoción, nostalgia. Nunca nadie me lo contó, nunca nadie me explicó que esto sería así, voy sola descubriendo cada nivel del videojuego, superando las pruebas de esta secta desconocida para mi hasta ahora.
Las que han sido madres y son ya las más legendarias del club dirán ¡Uy y lo que te falta!’ Lo sé, apenas comienza la travesía.
Esta publicación la iba a titular: Cosas que nunca nadie me dijo sobre el embarazo.
Pero luego me sentí atravesando umbrales, superando obstáculo como en una Spartan Race. El final llegará con gritos al estilo de los vikingos, con sangre y sudor. Seguramente me sentiré victoriosa de cruzar la meta.
Creo que no interesa saber lo relacionado con el embarazo hasta que lo estás viviendo, o al menos yo nunca lo pregunté antes. Nunca entendí a mis tías cuando las vi embarazadas, pensaba que todo era color de rosa . Ahora yo tengo el ticket dorado al mundo del embarazo (el mundo de las madres es otro nivel en el videojuego es como la Fifa 2020 o una nueva versión de Mario Bross o algún videojuego de esos que cada vez se superan a sí mismos en diseño y realidad virtual).
Y hasta aquí mi travesía, la transformación continuará….
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«Nunca entendí a mis tías cuando las vi embarazadas»… Jime Chuchus te quiero!!!!
P.D. ya no eres Jime Chuchus (lloro)
Lo más importante de todo es que se trata de una elección de vida. El camino es difícil, pero desde ahora, estás viviendo una maternidad elegida, y eso, en estos tiempos, no es poca cosa. Y no te creas todo lo que te digan o leas por aquí o por allá. ¡El embarazo hay que disfrutarlo, no todo es color negro!
Sí! Lo estoy disfrutando mucho también y descubriendo muchas cosas que mi cuerpo hace para transformarse. Es una experiencia para disfrutar!